lunes, 7 de abril de 2014

CATEDRAL SANTA MARIA DEL FIORE (FLORENCIA)

Este año, a principio de curso, viajé a Florencia ya que quería ver en persona toda su maravillosa arquitectura. Uno de esos días tuve el placer de visitar la Catedral de Santa Maria del Fiore (Santa Maria de las Flores), de la cual hablo en esta entrada.

Situación Catedral

Para empezar, según el contexto histórico, pertenece al Renacimiento pero contiene aspectos góticos. La catedral fue construida por un arquitecto medieval, Francesco  Talenti y el tambor por Giovani di Lappo Gmini. Y en cuanto a la cúpula, la ciudad de Florencia quería tener la cúpula lo más grande posible, debido a las rivalidades entre las ciudades estado. Pero tenían problemas con la altura, ya que era difícil en aquellos tiempos cubrirla con andamios, es decir, sabían lo que querían pero no sabían construirla. El diseño ya era conocido y para poder superar dicho problema convocaron un concurso para su construcción, el cual lo ganaron Brunelleschi y Ghiberti.

Planta y partes principales

Sección y alzado parte superior

Dados estos datos, ya puedo dar mi propia percepción y sensación de la catedral. El camino hasta la catedral es por calles bastante estrechas y entre edificios de altura moderada, de cuatro plantas aproximadamente. Desde dichas calles ya puedes ver asombrado la fachada colorida de la catedral y a medida que te vas acercando más todavía. Cuando por fin llegas hasta la plaza donde se encuentra la catedral da sensación de grandiosidad, la cual es intensificada por el hecho de pasar de una calle muy estrecha con edificios bajos a una plaza amplia y con una obra de arte tan inmensa. Una vez estás ante la catedral te fijas en todos sus detalles tan bien elaborados y te preguntas cómo han podido llegar a esa solución.




  

Antes de visitar el interior de la catedral, tuvimos el placer de poder subir a la cúpula. La subida a la cúpula es por unas escaleras estrechas y, en algunos tramos, con escalones bastante inclinados. En las imágenes, se puede observar tanto las escaleras en detalle como la inclinación de un tramo. La subida a la cúpula tiene dos fases:

En la primera fase llegas a la cúpula y recorres todo su perímetro interior pudiendo observar, de muy cerca, la decoración y las pinturas existentes, las cuales simbolizan la expresión del sentimiento religioso. A mi parecer, por una parte aparecen figuras vestidas representando lo celestial, como por ejemplo santos, y por otra parte, aparecen otras figuras malvadas desnudas representando el infierno. Dichas aparentan no tener ningún tipo de timidez a la hora de mostrar su cuerpo desnudo. Por último, el óculo de la parte superior de la cúpula da sensación de ser pequeño si se compara con el resto del espacio.





Y en la segunda fase, continuando con la escalada por escaleras también estrechas, llegamos a la parte superior y exterior. Cuando llegué a la cima no me lo podía creer, por una parte por todo el esfuerzo consumido en la subida y por otra, por las impresionantes vistas de toda Florencia que se podían ver desde ahí. En ese momento me sentí como un pájaro que podía verlo todo desde arriba y también, me di cuenta que era una ciudad bastante homogénea, ya que los edificios eran de altura similar exceptuando algunos hitos que se observaban sin ningún problema. La decoración, que me llamó la atención, era de tipo floral y con multitud de detalles diminutos.








Después de disfrutar de las vistas de Florencia y descansar un rato, tocaba bajar hasta el interior de la catedral. Las escaleras de bajada son de características similares que las de subida, incluso en algunos tramos son las mismas. En las imágenes se pueden ver detalles de la bajada y herramientas con las cuales se construía en aquella época.





Para finalizar con mi opinión personal, en cuanto al interior de la catedral, decir que es verdaderamente sorprendente, pero no tanto como la cúpula. Dicho espacio no es demasiado luminoso, ya que hay pocos ventanales por los cuales pueda penetrar la luz solar, y por eso, me pareció sobrio y oscuro. También me parece que el interior está escaso de adornos y decoración. Por último, el ábside destaca sobre todo lo demás y es de dimensiones razonables.







Como reflexión personal, decir que mereció la pena el gran esfuerzo en subir hasta la cúpula, ya que las vistas desde lo más alto fueron totalmente preciosas.

1 comentario:

  1. Fantástico reportaje fotográfico y comentario. ¡Bien por tu entrada, Paula!

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